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Salud

Foto del escritor: AracelyAracely

Actualizado: 13 oct 2020


Mi mismo interrelacionándose con el Universo, observando su entorno, su corporeidad, sus pensamientos, sentimientos y acciones, el entorno e informacion socio-cultural en el que habita... to be continued







 





Los que habitan entre nosotros


         Todos tenían que vivir en un solo espacio, todos tenían que mantener una forma, una función y una esencia que cumplir. No había forma de salir; de expresarse si; eso lo podían hacer pero salir, salir no podían, tenían que vivir juntos pero no revueltos en un espacio limitado. Cuando se dieron cuenta que tenían que trabajar juntos y que además dependían unos de otros decidieron ponerse nombres con apellidos y horarios o sea que se organizaron y decidieron empezar a ejercer las tareas porque de lo contrario el que los envolvía a todos…


  Así que el rojo se identificó: Mi nombre es Corazón y quiero que el Intestino Delgado sea quien me acompañe para que juntos formemos equipo, pero necesitamos a otro quien reciba la información del exterior y nos comunique que está pasando del otro lado, entonces llamaron al Maestro del Corazón para que fuera el mensajero. Entre los tres se repartieron las tareas, pero necesitaban organizarse y definir  con exactitud que labor hacer para no chocar unos con otros. Ya estando los tres reunidos se cuestionaron acerca de ¿Quién los metió allí?


        Luego pensaron: ¿y lo qué haremos… para qué sirve?  ¿A quien le entregaremos los resultados? ¿Quién nos alimentara? ¿Y los horarios, el tiempo, a qué ritmo? ¿Y si nos da frio o calor? ¿Y si producimos más o menos de lo que haremos, qué pasara? Eran muchas preguntas y no encontraron quien les dijera nada. Como Maestro del Corazón era quien traía la información, lo enviaron a que inspeccionara y consiguiera respuestas. Efectivamente volvió y conto lo que escucho. He oído personas riéndose, otros llorando, pero no entendí por qué lo hacían.


       Vi caras tristes y alegres y personas corriendo de un lado para el otro, con teléfonos cerca de nosotros, todos metidos dentro de unos buses rojos, con paquetes, corriendo detrás de unos carros amarillos y comiendo de prisa en las esquinas, mientras que otros llevaban niños apresuradamente a los colegios. A otros los vi gritándose y peleando.  Otros en cambio estaban  sentados pensando, elucubrando en los parques, mientras que otros decían tengo miedo que me roben la quincena. Todo eso observe mientras me tomaba un tinto caliente, sin azúcar y sin leche.


       De regreso, sentí el viento acariciándome pero era un viento frió; en cambio, el cielo estaba abierto y despejado. No percibí que las personas se hablaran, si escuche ruido, pitos, sirenas que en principio hacían el ambiente  bullicioso. Con el correr del tiempo empezaron a salir personas vestidas por lo general de negro;  hombres con corbatas casi para ahorcarse, las mujeres iban sobre unos tacones que apenas podían caminar, con unas botas que le apretaban las piernas y unas carteras grandes y pesadas. Todo me pareció confuso y abrumador. Tantas cosas sin coherencia.


      Me dieron ganas de regresar a este lugar de paz  y descansar sin antes darles el informe para que ustedes decidan qué hacer. Con toda esa información Corazón e Intestino Delgado que ya se habían vuelto amigos, decidieron ir a donde los vecinos más cercanos. Encontraron efectivamente al Bazo y al Estomago  esperando algo de afuera para comer, pues no sabían que hacer si del exterior no le enviaban comida. Ya la reunión era de cuatro pero no podían entender todavía que harían con lo que comerían el Bazo y el Estómago  y tampoco identificaban su relación.


      Entonces decidieron visitar a otro vecino por si de pronto el sí sabía de qué se trataba la cuestión. Para entrar a ese lugar tuvieron que pasar por tubos, huecos, entre un agua roja, mientras unas puertas se habrían otras se cerraban y no había forma de devolverse. Era muy enredado, cuando al fin llegaron encontraron un lugar tranquilo, sosegado, blanco y se respiraba aire puro que caída de unas pequeñas gotas, minúsculas, transparentes y suaves. Eran los pulmones, parecía un árbol con grandes ramificaciones, pero estaban comiendo cebolla, ajo, jengibre; todo picante.


      Quedaron confundidos por el lugar y además por el invitado que estaba allí, se presentó como el Intestino Grueso diciendo que él y los pulmones eran muy buenos amigos, por eso estaban recordando viejos tiempos. Los habitantes de ese lugar estaban pendientes de una puerta que se habría con frecuencia arrojando un agua roja sucia  para limpiarla y oxigenarla, luego devolverla por otra puerta que solo se podía abrir. Mejor dicho aquello tenía una actividad tan grande que ahora había más preguntas con menos respuestas.


       Se despidieron de aquellos vecinos y continuaron su camino. Seguían elucubrando sin entender nada pero de pronto observaron una masa grande, roja que palpitaba, recibiendo la sangre que venía de los pulmones. La almacenaban y cuidaban como un tesoro. En esas estaban cuando apareció el Hígado medio bravo,  y venía acompañado de una pequeña bolsa que expedía un olor amargo, con color amarillento y mal humorada, pues era la Vesícula Biliar quien además se veía pesada; cargaba unas piedras pequeñas,  negruzcas a punto de salirse de la bolsa.


      Con el genio del Hígado y la carga de la Vesícula Biliar no fue mucha información la que pudieron obtener. Además estaban tomando un jugo verde azulado, ácido, espeso y esperando quien les pedía lo que cuidaban con tanto esmero y tanta seguridad que hasta armados estaban. Se despidieron comentándoles que estaban investigando a los habitantes de la comunidad en la que estaban inmersos y no podían salir sino expresarse. Pidiendo orientación de cómo salir a buscar otro vecino que tuviera más información y que no estuviera tan ocupado.


      Efectivamente encontraron una ruta un poco obstaculizada llegando a un lugar negro, profundo, salado, con mucha agua, al sur, frío; eran dos orejas pero como ellos no sabían cómo era las orejas decidieron tocar. Salieron los Riñones acompañados de la Vejiga su amiga más cercana con quien compartían las noches para ir a orinar ya que le daba miedo andar sola por aquellos laberintos. Se miraron !expectativa mente! No sabían que decir;  ahora eran siete. La incertidumbre era pasmosa, silenciosa.


      El Corazón tomo la palabra: sentemos y con calma analicemos de qué se trata toda esta conspiración. Y ¿por qué conspiración? pregunto el Riñón Izquierdo. Porque hemos venido de vecino en vecino y no entendemos para que estamos dentro de un lugar sin salida, con tantas tareas que no sabemos tampoco que hacer con ellas. La vejiga que estaba medio escondida dijo: tomemos asiento y mientras; compartimos unas algas marinas y algunas legumbres que nos ha enviado el Estómago.


       Así fue que un día cualquiera sin una hora específica se sentaron: El Corazón, el Intestino Delgado, el Bazo con el Estómago, los dos Riñones y la Vejiga a discernir aquellos cuestionamientos. Riñón izquierdo dijo: el cerebro junto con las médulas y las entrañas forman parte de nuestra estructura, nos acompaña el Triple Recalentador que está encargado de mantenernos en un nivel de calentamiento tibio; ya que las aguas de todo el lugar las manejamos. Lágrimas, sudor,  saliva, fluidos, y orina dependen de nosotros.


      También el pelo, los oídos y los dientes que son fabricados dentro de un sistema complejo con actividad independiente y con funciones determinadas como coordinación, sensibilidad y estabilidad. Todo ello se confabula para que un ser humano al nacer tenga unas características propias. Una individualidad y personalidad definida pero que ínter actúe con todo el sistema orgánico. Ese ser humano viene codificado con un ADN, quien trae una información biológica debidamente organizada y estructurada para que los habitantes de este lugar le demos vida.


       Al hacerlo; ese ser humano,  se mantiene  armonioso, equilibrado, sano: cumpliendo la función para la cual fue creado… vivir feliz, dando y recibiendo amor, viviendo con lo justo y lo necesario y sirviendo a sus semejantes de una manera dulce y juiciosa. Todo esto se da si nosotros trabajamos en equipo, cumplimos la tarea que nos toca; no juzgando a los unos y a los otros, colaborando congruentemente dentro de un sistema complejo de células, pensamientos, emociones, sensaciones y amor.


       Ese ser a su vez, recibe información del exterior; cultura, educación, relación con otros seres humanos, sistemas de comunicación. Por un lado el cielo lo provee del frió, calor, aire, humedad, viento y sequedad. Por el otro; la tierra le ofrenda, agua y madera, para que se alimente, se abrigue y construya una vida prospera, rodeado de un ambiente de paz y tranquilidad. Así que nosotros somos responsables desde nuestro claustro de mantenerlo vivo bajo ciertas condiciones: que se alimente con los cinco sabores: amargo, dulce o insípido, salado, picante y ácido.


      Si lo hace; nosotros tendremos alimento para cumplir lo que se nos ha ordenado. Corazón, mantener un sistema de bombeo de sangre, junto con los Pulmones fabrican un oxigeno de calidad que de alegría.  Bazo y Estómago procesaran los alimentos y nos los enviaran. Hígado y  Vesícula Biliar  conservaran la sangre que nosotros purificamos a través de las funciones que realizamos para que la Vejiga y el Intestino Grueso excreten aquello  que no sirve en el organismo. Con Maestro del Corazón comunicando desde el exterior lo que pasa.


       Nosotros lo riñones ejecutaremos el Soplo de Vida, la esencia divina, la Energía que mantiene a ese ser de humanidad unido a una fuerza desconocida, pero que lo sabe todo, que atiende las suplicas de los humanos, y que además le consuela en un sueño profundo permitiendo que  pensamientos,  sentimientos y  acciones sean realizadas congruente mente. Hasta que ese ser haya cumplido su misión nosotros actuaremos sanamente, día y noche, contra viento y marea para conservar esa vida que un día nos fue asignada.

By Aracely 

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